viernes, 28 de febrero de 2014

HOMILÍA OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

DIOS ES FUNDAMENTO, NO AÑADIDURA

                                                                                                        Por José Raúl Ramírez Valencia. 


Isaías 49, 14-15
Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1-5
San Mateo 6, 24-34

El tema de este domingo es la confianza en el Padre celestial. Son bien significativas las expresiones de la primera lectura: “Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvide yo no te olvidaré”. Algunos sistemas filosóficos conciben al ser humano como alguien tirado, arrojado, abandonado; caso concreto, Sartre y Heidegger, cada uno con sus énfasis antropológicos. Nietzsche, Marx y Freud, los llamados maestros de la sospecha, han propugnado la muerte de Dios. Estos maestros, aunque han decantado la idea de Dios, han dejado al hombre huérfano y angustiado, sin ningún horizonte de trascendencia, además de presentar a Dios como enemigo, intruso y usurpador de la libertad del hombre. El papa Juan Pablo II, conocedor de estos pensadores, expresó: “la gran soledad del hombre es no saber que Dios camina a su lado”. Precisamente el espíritu de la liturgia del día de hoy, muestra a un Dios providente, cercano y enamorado del hombre.

viernes, 21 de febrero de 2014

HOMILÍA SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

EN LA SANTIDAD SOBREABUNDA EL BIEN

                                                                                  Por José Raúl Ramírez Valencia 
Levítico 19,1-2.17-18
Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3,16-23.
San Mateo 5, 38-48

Indiscutiblemente el tema de la liturgia de hoy es la santidad. Pareciera ser que la santidad o al menos la palabra santidad, está devaluada y goza de muy poca publicidad, y en muchos escenarios sociales, es motivo de mofa y de poca atracción. En el mundo secular no se habla de santidad, sino más bien de perfección y de calidad de vida; el llamado a la santidad aparece más bien como algo obsoleto, poco atractivo, mojigatería, sumisión, enajenación y en no pocas mentalidades religiosas, como algo salido de tono o pasado de moda. Una de las causas por la cual la santidad está en desuso es la visión de una santidad enemiga de lo humano. Algunos creen que a mayor santidad menor humanidad, cuando la proporción es distinta: a mayor santidad mayor humanidad. Hoy hay que revindicar la vocación a la santidad como la máxima expresión de realización: la santidad no es enemiga, sino amiga de la persona humana en todas sus dimensiones. 

jueves, 13 de febrero de 2014

HOMILÍA SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

MÁS ALLÁ DE LAS LEYES: LOS PRINCIPIOS Y VALORES
Por Pbro. José Raúl Ramírez Valencia 




Eclesiástico 15, 16-21
Primera Carta de San Pablo a los Corintios, 2,6-10
San Mateo 5,17-37

La primera lectura del libro del Eclesiástico habla de dos opciones: “Ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a lo quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja”. Estas dos expresiones -de por cierto bien existenciales- están haciendo referencia a un poder único del ser humano: la libertad. La persona humana tiene en sus manos el gran peso o sobrepeso de las elecciones-decisiones. En algunas ocasiones se culpa a los demás de nuestra desgracia o infelicidad, cuando en realidad somos nosotros los responsables de nuestra situación amarga o gozosa.