Perdonar lo imperdonable
Por José Raúl Ramírez Valencia
Dios es Padre
El primer valor para hacer camino en nuestra vida es la experiencia de la paternidad. Jesús experimenta su agonía acudiendo al “Padre”, no es lo mismo decir, Dios que decir padre, en la misma expresión de Padre hay ternura y confianza, Dios Padre siempre ha estado con su hijo y el hijo siempre ha experimentado la bondad del Padre. Afirmaba el papa Juan Pablo II, “la gran soledad del hombre contemporáneo es no sentir que Dios Padre camina a su lado.” Jesús al experimentar la presencia de su Padre Dios hizo de su camino una experiencia de filiación y de donación.
Vence el mal con la fuerza del bien
Expresiones como estas nos tienen que poner a pensar:
“vence el mal con la fuerza del bien”, el perdón es la fuerza del bien, vencer
el mal sin la fuerza del perdón es un imposible; la lógica de Dios Padre no es
la lógica del mundo, sino la lógica del amor y en la lógica del amor está
presente el perdón.
Podríamos hablar de cuatro pasos para llegar al perdón.
A. Orar por los amigos, es un deber de la espiritualidad cristiana orar por
quienes amamos. b. Orar por los enemigos, es un paso que prepara el perdón. c.
perdonar a los amigos, ¿será gran cosa excusar a los amigos? d. perdonar a los
enemigos, es ya entrar en la lógica de dar la vida por los enemigos, aquí está
lo grande del cristiano.
Perdonar lo imperdonable
¿Qué es perdonar? Uno de los grandes pensadores
contemporáneos Derrida dice: que el verdadero perdón acontece cuando se perdona
lo imperdonable, puesto que perdonar lo perdonable no tiene sentido, el perdón
no es una cuestión de merecimiento; si fuera un merecimiento no sería perdón,
sino una disculpa; el verdadero perdón hace que no confundamos perdón con
amnistías, ni disculpas, solo es perdonable lo imperdonable.
El perdón pasa por la comprensión del otro
Dice Sócrates que es preferible padecer una injusticia
que cometerla, porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece
no. En muchas circunstancias aquella persona causante de la ofensa lo hace por
ignorancia y no sabe lo que quiere. El perdón tiene que ver con comprender la
ignorancia del otro y no consiste en un merecimiento, la misma palabra perdón
es un don para el otro.
Una historia de la vida real que sucedió en Chile
ayuda a comprender la realidad de perdonar lo imperdonable, vencer el mal con
la fuerza del bien y entender que hay que comprender a quien nos causa una
ofensa. En una de las regiones de Chile, un hombre llamado Jorge del Carmen
Valenzuela, conocido como el Chacal, fue un campesino que cometió un horrendo crimen.
En una discusión con su mujer debido a que no pudo cobrar su pensión de viudez
por problemas burocráticos, frustrado por no obtener el dinero para beber
asesina brutalmente a su mujer y a sus cinco hijos, una vez asesinados cava una
fosa en su rancho y los esconde ahí. El caso de este asesino fue un caso controvertido
para la justicia chilena que tenía aprobada la pena de muerte. Chacal no fue
ajusticiado de inmediato, sino que pasaron dos años y medio dentro de los
cuales tuvo la oportunidad de rehabilitarse.
En la cárcel, lo acompañó un sacerdote llamado Eloy
Parra, quien lo defendió y solicitó su indulto al presidente. El padre Eloy argumentó
que el acusado no conocía el valor del cristianismo y no había tenido
educación, ni oportunidades de formarse, por eso actuaba salvajemente, pero en
la cárcel conoció, experimentó el amor y se transformó; sin embargo, decidieron
darle la pena de muerte, se quedaron simplemente con el hombre criminal ¿será
que se puede perdonar lo imperdonable? Dios en su infinita misericordia perdona
lo imperdonable, entra en otra lógica. En una época donde ser víctima da una cierta
identidad, la persona que decide no ser víctima también es capaz de perdonarse
y abrirse al perdón. Tanto la víctima como el victimario necesitan abrirse para
perdonar lo imperdonable.
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