domingo, 10 de noviembre de 2024

Homilia Domingo XXXII ciclo B

 Por José Raúl Ramírez Valencia 

Tres acritudes ante Dios: Desprendimiento, confianza y providencia.

 Desprendimiento

En el mundo actual, surgen expresiones como desaprender y deconstruir. Términos que hacen referencia al desprendimiento y desapego. Estas palabras aluden a la idea que lo que antes considerábamos seguro,  ya no es, y por ello es necesario soltar. La persona que es incapaz de desprenderse, en el fondo es una persona individualista, apegada a su propio mundo, sus intereses y relaciones. Desde la sociología se habla de bienes necesarios, útiles y superfluos. Algunas personas no son capaces de desprenderse ni siquiera de lo superfluo, lo que dificulta soltar lo que es verdaderamente necesario. Un ejemplo de desprendimiento se encuentra en las dos viudas mencionadas en la liturgia de la palabra, quienes se desprendieron de lo necesario para vivir. La persona con capacidad de desprendimiento es alguien libre de apegos, a personas, cosas espacios y tiempos. La pregunta que surge es: ¿desprendernos de qué y con qué objetivo?

domingo, 7 de julio de 2024

Homilia domingo XIV cilco B

                                                                                                       Por José Raúl Ramírez Valencia 

¿Problema del profeta o de la comunidad?

La vida social se compone de relaciones continuas entre el pueblo y el líder, el jefe y la empresa, el profeta y la comunidad; relaciones que no siempre caminan en armonía: ¿el líder o la comunidad serán el problema? El líder es la persona que motiva a un grupo para alcanzar unos objetivos, mientras que el profeta es quien denuncia y anuncia las buenas nuevas o el distanciamiento de una comunidad con respecto al querer de Dios. La primera lectura narra como Dios envió al profeta Ezequiel a un pueblo rebelde, de corazón obstinado y de dura cerviz; el problema no estaba en el profeta, sino en el pueblo.  

domingo, 18 de febrero de 2024

Homilia primer domingo de cuaresma. Ciclo B

 

P. José Raúl Ramírez Valencia

Contrato o alianza

“Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes. No volveré a destruir la vida.”  

La primera lectura está tomada del libro del Génesis y habla de la alianza que Dios establece con su pueblo. Para comprender la riqueza de la experiencia de la alianza es necesario partir del concepto de libertad, Dios libremente establece un pacto con nosotros, se compromete a no volver a destruir la creación, ni al ser humano, sino que va a cuidar tanto de la creación como de nosotros.

domingo, 11 de febrero de 2024

HOMILIA SEXTO DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO B . Por José Raúl Ramírez V.

 Estigmatización, discriminación y exclusión

Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes exigieron a los judíos mayores de 10 años llevar como signo de identificación o mejor de estigmatización la estrella de David, estampada sobre un fondo negro que debían portar en el pecho. El distintivo señalaba que eran percibidos como una amenaza para la comunidad alemana, por tanto, había que controlarlos y vigilar cada uno sus movimientos. Este distintivo era una antesala antes de ser deportados a los campos de concentración. 

Así como los judíos eran discriminados y estigmatizados, los leprosos en tiempos de Jesús eran considerados personas muertas en vida a causa de la marginación y el señalamiento tanto a nivel social como religioso. En cuanto a lo social, no podían relacionarse con otras personas por temor a contagiarlas, debía portar una campana e ir anunciando por donde caminaba que era una persona impura y además tenían que estar a las afueras de la ciudad, no podía ni siquiera acercarse a los muros de la Ciudad Santa. En cuanto a la religión, el leproso era considerado un pecador y una persona castigada por Dios.

Un mundo prevenido que excluye

Una de las características de la sociedad actual es el síndrome de la prevención. No es exagerado pensar que en esta sociedad los ciudadanos deberían portar un letrero con el r´tulo de precaución, persona sospechosa. La exageración en la protección crea distancias a nivel interpersonal y conduce a un individualismo que percibe al otro no como un ser digno de confianza, sino como alguien que quita espacio y causa daño. Hoy se sospecha de los migrantes sin conocerlos y se les tildan como personas no deseables sin haber tenido con ellos ningún contacto. Adela Cortina, filósofa española, señala que los países europeos están padeciendo aporofobia, miedo a los pobres, en cuanto que, si llegan migrantes con dinero a los países desarrollados se les abren las puertas, pero sin son personas de escasos recursos hay que cerrarlas porque afectan la cultura e impiden el desarrollo de las estructuras sociales. Es importante anotar con respecto a la discriminación y estigmatización que cada día crecen las fobias a las personas por sus singulares situaciones, llámese: orientación sexual, nacionalidad, creencias o enfermedades, no se olvidé que el primer paso de la discriminación comienza por la estigmatización. Ahora bien, quien vive los valores del Reino de Dios, no piensa que una manzana puede dañar a los demás, sino que una manzana buena puede curar a las otras. Estigmatizar, marginar y señalar no son caminos para la cura, sino actitudes que empobrecen tanto a la persona como a la comunidad. La pregunta, ¿a quién marginamos y por qué marginamos? Sigue vigente en nuestra sociedad.

A mayor gloria de Dios

San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, tenía como principio que todo cuanto obrara sería para la mayor gloria de Dios, no actuar por vanagloria. En esta perspectiva, la segunda lectura del apóstol Pablo recomienda: “Ya comais, ya bebáis, o hagáis lo que hagáis hacedlo todo para la gloria de Dios”. Cuando el ser humano actúa pensado en su propia gloria termina en un narcisismo o en una frustración humana. Por ejemplo, si una persona obra el bien esperando la recompensa puede decepcionarse y terminar en una frustración, pero si obra pensando en la mayor gloria de Dios, no hay decepción, sino capacidad de centrarse en los valores del Reino. Acoger a los pobres y no discriminarlos para el cristiano, no es una política pública, sino una oportunidad para la mayor gloria de Dios. Jesús no actúo por proselitismo, ni tampoco obró para obtener el consenso de las mayorías, sino para la mayor gloria de Dios.  

Atreverse a buscar ayuda

Eran muchos los leprosos en tiempos de Jesús, pero solo uno tuvo la decisión y el coraje de salir a al encuentro de Jesús, sabía que por sí mismo no podía curarse, ni que tampoco los chamanes lo curarían. Quizás el leproso pensó: si me acerco me rechaza, sin embargo, se atrevió  y le dijo a Jesús: "si quieres, puedes limpiarme". Era una persona atrevida que venció la norma y los tabúes con respecto a su enfermedad. El diálogo entre el leproso y Jesús fue en un clima de libertad tanto por parte del hombre como de Jesús, fue el encuentro entre el querer de la persona y querer de Dios. San Tomás de Aquino dice que: “Dios no hace lo que el hombre puede hacer, ni tampoco sustituye la naturaleza humana”. Jesús no sustituyó, ni invadió el querer del leproso, respondió al querer del leproso.  

No marginar.

Es importante recordar que los leprosos estaban marginados tanto social como religiosamente. Jesús se acercó al lepros, le extendió la mano y lo tocó diciendo: quiero, queda limpio, luego le ordena que se presente al sacerdote. Jesús toca al intocable, ama al desechado, incluye al excluido, aunque lo hubiera podido sanar solo con su palabra, lo toca; tacto y palabra, fueron las dos acciones que Jesús realizó con el leproso.

En tiempos de Jesús los sacerdotes eran los encargados de diagnosticar tanto la enfermedad como la certificación de la curación, al decirle Jesús: ve y preséntate al sacerdote, le está diciendo que ha realizado un proceso de purificación y de reconcilaición tanto con el leproso como con la comundiad, se le han devuelto todos sus derechos tanto a nivel religioso como social. 

POSDATA: Hay una especie de prevención con las personas que impide el sano convivir. Las personas prefieren relacionarse con las mascotas que con las personas. La discriminación parte de nuestra supuesta superioridad.   

miércoles, 31 de enero de 2024

Palabras bodas de plata sacerdotales- 1992- 2017.

                   No que lo tenga ya ha conseguido o que sea ya perfecto…

                                                                José Raúl Ramírez Valencia 

Quizás la mejor manera de agradecer estos 25 años, sea el silencio sereno y meditativo como lenguaje elocuente de gratitud. En este día, la gratitud irrumpe en el silencio como realidad que satura de sentido. El silencio sereno y meditativo, revela con hondura y sabiduría, los momentos más sutiles y a la vez más gozosos y significativos de mi trasegar sacerdotal.

Palabras en las exequias de mamá. 25 de enero 2019.

                                                                          Cuentan las huellas que has dejado 

                                                                     Por José Raúl Ramírez Valencia  

Mamá fue una mujer que durante toda su vida trabajó con destreza y alegría las manualidades. El gusto por las manualidades la hizo una mujer creativa y pudo a través de ellas vencer muchas de sus limitaciones. Cuando no pudo moldear con sus manos laboriosas y traviesas lo bello, en su quietud y en su afán por seguir entretenida y luchando con sus enfermedades que no fueron pocas, comenzó a utilizar el celular y a enviar en su silencio y con constancia mensajes a su familia y a sus amigos, era su entretención y su forma de hacer presencia. Su último mensaje que envió el 25 de enero a las 1:19, día de su muerte, creyendo que salia de viaje para Rionegro cuando su viaje era para la casa del Padre celestial, fue el siguiente: “En la vida no cuentan los pasos que has dado, ni los zapatos que has usado, sino la huellas que has dejado”.

HOMILIA QUINTO DOMINGO CICLO B. TIEMPO ORDINARIO

                                            ¿Qué buscamos cuando buscamos a Dios?

                                                             Por José Raúl Ramírez Valencia 

El sinsentido de lo que hacemos o el sentido de lo que hacemos

El pensador contemporáneo Sloterdijk dice que una de las enfermedades del momento es el estres y tiene como causa la poca capacidad de admiración que pose el hombre de hoy. Cuando una persona no tiene tiempo para contemplar el mundo se estresa, por tanto, pierde la libertad y se esclaviza de sus quehaceres; necesitamos la mística de la contemplación para no caer en el vacio existencial. De igual forma, el exsitencialista Albert Camus en el mito del Sísifo, presenta el sinsentido de la vida al contar como los diosos condenaron al hombre a subir todos los días a la cima de una montaña una piedra y dejarla rodar, la vida queda reducida a hacer lo mismo todos los días sin ningún horizonte o proyecto de vida. Precisamente esta realidad es la que nos cuenta el texto de la primera lectura del libro Job, al presentarnos una mirada pesimista y nihilista que manifiesta un sinsentido y lo abusrdo de la vida: “¿no es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra y sus días como los de un jornalero?; como el esclavo, suspira por la sombra; como el jornalero aguarda su salario.  Mi herencia son meses baldíos, me acinan noches de fatiga.”

sábado, 27 de enero de 2024

HOMILIA CUARTO DOMINGO CICLO B. TIEMPO ORDINARIO

                                                               Por José Raúl Ramírez Valencia 

                                                           El profeta, alguien que discierne

La liturgia de la palabra en este domingo nos habla de la importancia de la vocación profética para la iglesia y la sociedad. La primera lectura cuenta como el pueblo de Israel pidió a Dios un profeta y Dios respondió suscitando un profeta. El problema de muchas comunidades es que viven una situación confortable y paquidérmica y no sienten la necesidad de un profeta que los despierte del adormecimiento tanto social como moral. ¿Quién es un profeta? ¿quién agrada o quién va en contravía? El profeta es quien está en continuo discernimiento acerca de lo que Dios quiere para su pueblo, es alguien que con sabiduría interpreta y en no pocas ocasiones interpela la realidad. El profeta escucha a Dios y en su nombre habla.  

sábado, 20 de enero de 2024

HOMILIA TERCER DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

                                   Por José Raúl Ramírez Valencia                              

                                   La conversión, un volver a lo esencial, apremia el tiempo.

                                                                          

El momento es apremiante, convertíos porque el reino de Dios está cerca…  

La liturgia de la palabra en este tercer domingo del tiempo ordinario nos habla del sentido de la conversión en un tiempo apremiante. La primera lectura cuenta como Dios envió al profeta Jonás a una ciudad grande a proclamar que durante estos cuarenta días Nínive será arrasada. Los ninivitas escucharon al profeta, comprendieron que el momento era apremiante, que no podían darle largas al cambio de vida, se convirtieron y la ciudad no fue destruida. Cuando se toma el tiempo con responsabilidad se evitan grandes tragedias, cuando se toman decisiones a tiempo se recupera el tiempo perdido. El querer de Dios es la vida y no la destrucción, quien escucha a Dios cuida y recupera la orientación de la vida.